
La Rosa de cretona: Introducción
"Los objetos son inertes, y sólo tienen significado en función de la vida que los emplea. Cuando esa vida se termina las cosas cambian, aunque permanezcan iguales. Están y no están allí, como fantasmas tangibles, condenados a sobrevivir en un mundo al que ya no pertenecen"
La invención de la soledad, página 3, Paul Auster, Editorial Anagrama, 1988.
Antes de descubrir esa invención del Sr. Auster, de que esta frase que cito anteriormente se cruzara en mis meditaciones, la idea, el núcleo central que ella suscita se había abierto una brecha lenta y silenciosa en mis pensamientos, casi como el trabajo de un gusano bajo tierra. Los aromas, las texturas y la memoria de mi antigua casa, me provocaba sin saberlo, lo mismo que la frase de Auster me provoca: melancolía.
Melancolía que a ratos parecía ahuecarse dentro de mi cabeza, de mi cráneo, golpeteando suavemente para aparecer bañada de una luminosidad solar que hace tiempo había olvidado, plagada de sombras de gorriones y de hojas de un parrón que es el de una mitología que me había inventado sin darme cuenta.
Es precisamente el deseo de sistematizar esta mitología del recuerdo, lo que me lleva dentro de esta investigación pulsante, en un esfuerzo por asir y procesar las imágenes sensibles que acuden a mi memoria producto de un deseo de pasado insatisfecho.
Fui, lentamente descifrando, las visiones que me provocaba este deseo, las deudas que despertaba, el re-conocimiento que incluía, las figuras que se desvelaban en su desarrollo.
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